viernes, 18 de mayo de 2007

Las Pantuflas

Me calzo, me descalzo y me vuelvo a calzar. Este es el pan de cada día en este país. Seguro que si cuentan cuantas veces lo hacen al día les salen unas cuantas. Hasta que no estás aquí no te das cuenta de cuan importante es para ellos la cultura de la pantufla, las tienen para todas las ocasiones incluso dentro de casa.

Nada más entrar en casa, en toda casa japonesa sin excepción (no solo en los edificios de apartamentos como ya os había adelantado) el recibidor tiene un suelo de baldosas que simboliza la extensión de la calle y es el único sitio de la casa en el que está permitido usar el calzado para tal efecto. Así que nada más llegar a casa hay que descalzarse y ponerse las pantuflas. Normalmente suelen tener un montón de pares de zapatos en esa zona, pero teniendo un zapatero eso se arregla enseguida.

Pero como he dicho no os creáis que con tener un par de zapatillas para andar por casa es suficiente. Cuando se entra al baño se pone uno las del baño, que suelen ser de material, en vez de tela, y las tenéis en la foto de la izquierda) y lo mismo para salir a la terraza. En ambos caso ya suelen estar preparadas cada una en su lugar, así como os podéis imaginar a veces las casas son como un mercadillo de pantuflas. Por cierto también las hay específicas para limpiar, que son una especie de botas de goma como podéis ver a la derecha.

Sin embargo esto de las pantuflas no queda dentro de las cuatro paredes de casa. En realidad no se permite el calzado de calle en casi ningún sitio. En los gimnasios has de llevar a parte las zapatillas que vas a usar allí, no valen las que has traído de la calle. Además también puede ocurrir, como el Polideportivo de Nisshin que tengan preparadas pantuflas para que uses en el servicio, la foto lo demuestra.






En los colegios llevan unas especiales que se llaman wabakis. Las hay cerradas para el invierno y abiertas para el verano. Las rojas son para las chicas y las azules para los chicos, pero creo que también se pueden llevar blancas indistintamente, o a lo mejor cada colegio tiene las suyas particulares. Lo que es seguro es que son obligatorias. Lo que no se es cuando se produce el cambio de calzado en el colegio si nada más entrar en la instalación o al entrar en clase. De cualquier forma con la cantidad de niños que hay aquí además de tener el futuro del país asegurado también se deben de formar buenas colas para cambiarse de calzado tanto al entrar como al salir del colegio.

En muchos restaurantes simplemente te tienes que descalzar y en los que no a veces puedes ver a gente que se los quita en su sitio y ya está. En los museos, castillos, y otros lugares culturales o de visita también hay que proceder de la misma manera, solo que en estos sitios puede ocurrir dos cosas; que sólo te descalces y andes por el recinto descalzo o que además tengan unas pantuflas para que te pongas. Lo mismo ocurre en los hoteles, en los más tradicionales tienes el surtido de pantuflas nada más entrar y son para andar en todas las instalaciones del hotel y en otros (normalmente de corte más occidental) te las ponen a la entrada de la habitación para que las uses en la misma durante tu estancia. La foto es la entrada a una parte de un museo.

Como consecuencia de todo esto la venta de pantuflas también es considerable y además fácilmente accesible. Por supuesto en las zapaterías las hay pero también en los todo a 100 yenes, en las droguerías, en los supermercados... En fin. Si algún día venís a Japón y podéis empezar a practicar lo de agacharse y volverse a levantar a ser posible de la forma adecuada para evitar lumbagos o lesiones similares porque realmente lo vais a tener que hacer más amenudo de lo que pensáis.