lunes, 21 de mayo de 2007

En el restaurante

Comer en Japón no es nada problemático, incluso desconociendo el idioma. Otra cosa es que te pueda gustar lo que comas. En general puedes encontrar casi cualquier tipo de cocina, aunque lo realmente interesante es probar lo autóctono ¿no? ya que estamos aquí...

En cualquier caso existe un protocolo que más o menos se cumple en todos los sitios.

Cuando entras al restaurante lo primero que te encuentras es una zona de espera con un par de sillas y un atrio con unas hojas en las que si hay cola tienes que escribir un nombre, por el que te llamarán cuando te llegue el turno, cuántas personas adultas y cuantos niños/as van a comer, así como las zona en la que quieres estar (fumador o no fumador). Si no hay cola te reciben directamente y esa información te la preguntan. Llegados a este punto, es decir al momento en el que te van a conducir a tu mesa, dos cosas pueden ocurrir, que tengas que descalzarte o no. En muchos restaurantes de comida japonesa esto es habitual aunque eso no ocurre en los de comida rápida.
Bueno, ya hemos nos han conducido a la mesa. Poco después te traen una servilleta húmeda y la bebida, normalmente té caliente en invierno y té frío o agua en verano, pero siempre puedes pedir agua y lo más seguro es que aunque sea pleno invierno te la traigan cargada de cubitos de hielo. Tanto el té como el agua son por cuenta de la casa. Además de la bebida te muestran la carta y te explican cómo avisarles una vez que tengas decidido lo que vas a tomar. El sistema más habitual para ésto es presionar un botón que hay encima de la mesa. Entonces se acercan de nuevo y te toman nota casi siempre con un dispositivo electrónico que manda directamente las órdenes a cocina. Afortunadamente este es un país muy gráfico y las entradas a los restaurantes suelen estar llenas de platos de plástico bastante logrados que muestran la comida que puedes tomar dentro. Así es mucho más fácil elegir en primer lugar del restaurante, que dependerá de lo que te apetezca comer y después el plato. Además los restaurantes suelen ser bastante especializados en el tipo de comida, los hay de sushi, en fideos, en arroz, en marisco, en tempura, en fritos, en carne a la plancha, en pinchos morunos, en okonomiyaki, etc. Más adelante os iré mostrando como son cada uno.


Además de los platos de plástico en el escaparate del restaurante, la foto es de la comida de plástico correspondiente al menú del día. Ya veis que no os mentía cuando decía que comer fuera de casa no es caro. Aunque no hace mucho una amiga japonesa me dijo que más bien esta costumbre es típica de la prefectura de Aichi, que en otras zonas de Japón no se sale tanto a comer. Bueno en cualquier caso las cartas suelen estar llenas de fotos con los precios pero ojo en algunas ponen más grande la cantidad sin impuestos (digamos IVA) así que ojo al pedir, para lo que no hay más que señalar con el dedo lo que quieres. En breve te traerán la comida. No tardan mucho en prepararla y en muchos restaurantes la cocina está bastante a las vistas así que casi puedes ver cómo te lo preparan, en otros lo hacen directamente delante tuyo y también los hay en los que se lo cocina uno mismo.

Los menús, sobre todo para comer, son muy completos, pero no llevan postre, este suele ir a parte pero muy poca gente pide. Normalmente los postres son muy pequeños y cuestan casi tanto como la comida. Este que os muestro en la foto es un menú del día con plato principal de fideos soba (mis favoritos), bol de katsudon (base de arroz con filete de cerdo empanado, cebolla, salsa de soja y huevo). Este plato es el favorito de la inmensa mayoría de los hombres (como podéis ver al fondo se puede pedir como plato principal y exclusivo para comer) y dos cuencos de tsukemono (verdura encurtidos) uno de los cuales además tiene cebollino cortado finamente en rodajas que se suele echar a la sopa de fideos.

En el momento de servir la comida te dejan la nota con la que tienes que pagar (podéis ver el cuenquito de madera, tipo palillera que está junto a la servilleta húmeda en la foto de arriba) y ya no se vuelven a acercar salvo que los llames. Cuando uno termina se dirige con la nota a la recepción del restaurante y paga. El pago nunca se hace en la mesa.
Y nada más, si te has descalzado te vuelves a calzar y ya está. Ya sabemos como funcionan los restaurantes por estos lares.