Estas palabras son lo primero que podréis escuchar cuando entráis en cualquier establecimiento japonés, tienda, cafetería, restaurante, estación de servicio... Nos están dando la bienvenida. Es una buena forma de comenzar la relación ¿no? Aunque se nota que lo dicen de forma automática lo importante es que lo dicen. Y no solo cuando entras, por ejemplo en el supermercado si te encuentras en cualquier momento con un una persona que está reponiendo o pasas por la pescadería y hay alguien atendiendo por allí tienes unas grandes posibilidades de volverlo a escuchar.
Esta bienvenida no ha sido más que la excusa para contar alguna otra que otra cosilla que suele ocurrir en cualquier tipo de establecimiento. Hemos empezado por el principio y ahora me voy al final, si es que terminamos nuestra estancia con una compra. Para empezar casi siempre te dirán en voz alta los precios de los artículos que estás comprando, lo que cuando te has aprendido los números resulta un ejercicio excelente para practicarlos. Es lo que yo llamo; "A ver quien lo dice ( en mi caso lo piensa) más rápido". Pero he de reconocer que a estas alturas me siguen ganando, en fin, no me flagelaré demasiado que me estoy midiendo con profesionales nativos con amplia experiencia.
Por otro lado resulta curioso el procedimiento que siguen para demostrar la transparencia en el momento del pago. Siempre comprobarán la cantidad de dinero que les estás dando preguntándote por la cantidad antes de introducirlo en la caja. Ya os he comentado que me ha resultado llamativo ver como se usa mucho más el dinero en metálico que las tarjetas, así que este procedimiento es bastante habitual. Una vez de acuerdo en la cantidad aportada contarán un par de veces delante tuyo los billetes que te van a dar como cambio. Todo ello con el objetivo de demostrarte que no te están engañando. Si alguien se está preguntando si es igual con las monedas tengo que responder que no. Es la propia caja registradora la que las proporciona ya contadas.
Y por último las musiquitas... a ver si un día grabo alguna, aunque sea en un vídeo y lo subo al blog para que os hagáis una idea de lo estridentes que pueden ser. Sobre todo la del Yamada Denki (que viene a ser una especia de Media Market). No sé si para que los clientes compren rápido y se vayan dejando su puesto a otro que va entrar o es que tienen estudiado que con esa música se termina comprando. De lo que puedo estar segura es que los empleados por lo menos han de terminar el día con un gran dolor de cabeza y con el tiempo sufrir de estrés como mínimo. En fin, lo dicho me apunto los deberes de acompañar esta entrada con la música.