Los transportes públicos en Japón son bastante buenos. Reconocida mundialemente es su red de ferrocarril, especialmente los shinkasen (trenes bala), pero hoy vamos a ser un poco más modestos y dedicarnos a los trenes de cercanías y el metro que al menos en Nagoya y alrededores funciona igual.
Lo primero que tengo que decir es que son caros, muuuuuy caros. De hecho un billete de tren para un recorrido de unos 20 minutos, es decir más o menos de Portu a Bilbao, puede costar al menos 400 yenes, es decir algo menos de 3€ si se trata solo del tren de cercanías y si combinas este con la red de metro la cosa va subiendo. Sin embargo un trayecto simple en metro pueden ser 200 Yenes que se acerca más a las tarifas europeas. A partir de ahora y para que nos hagamos una idea 100 yenes son unos 0,85 €.
La primera vez que entras en una estacion de tren son dos cosas las que te llaman la atención. Por un lado las máquinas expendedoras a las que te tienes que enfrentar llenas llenas de simbolos que no entiendes (vease el ejemplo) y en donde ni siquiera puedes identificar tu destino porque es posible que los nombres de las paradas no vengan en Romaji. En realidad cuando compras un billete lo que estás comprando es un crédito y si por lo que sea decides bajarte antes o después de lo pensado y eso afecta a la tarifa tienes antes de salir por las cancelas una máquina que te ajusta la tarifa del billete. Por lo tanto el proceso para comprar el billete es identificar en los planos la estación a la que quieres ir y después en las tablas el dinero que cuesta el billete, seleccionas la línea de metro o tren que vas a usar, el número de billetes que necesitas (normalmente dibujados con una, dos, tres figuras de personas) y luego introduces el dinero y ya está. Ya tienes tu billete. Que una vez aprendido es mucho más fácil que pedirlo en ventanilla porque aunque lo pidas en perfecto japonés seguro que la persona que está detrás te contesta también en perfecto japonés y ahí es donde empezamos a tener los problemas y lo digo por experiencia porque los bonos de tren solo se pueden pedir en ventanilla.
Cuando llegas a las cancelas te encuentras con que en vez de tener una barrera que te impide al paso hasta que introduces el billete están siempre abiertas y solo se cierran en caso de que te quieras colar sin billete, lo que puede llegar a ser tentador... pero mejor no pasar vergüenza, en este país esas cosas son inconcebibles. Tanto es así que cuando pasan los revisores por el tren nunca te piden el billete y son las personas que no llevan las que se lo solicitan. Hasta ahora solo lo he visto pedir a personas mayores no sé si el motivo está relacionado con eso o no.
Y en fin esto es todo de momento respecto a los trayectos en tren, pero no respeto a las estaciones que son una parte importante de la vida por aquí.
Si queréis ver las fotos con más nitidez podéis hacerlo visitando
Nos leemos pronto, pasad un buenfin de semana
2 comentarios:
Kaixo Angélica.
Me han gustado mucho las dos primeras entradas de tu blog. Tan sólo animarte a que sigas con el blog, nos cuentes más historias y nos acerques un poco más esa cultura tan lejana.
Erik
Aupa Angelica,
oye, que en tu blog me siento como Gobo el fraguel recibiendo las cartas del tío Matt el Viajero, ;-)
qué capacidad de sorprender tienen estos japs! Me interesa mucho eso de los trenes nipones, ¿has visto a alguien pagar con el móvil en la canceladora? Larga vida al Emperador
Publicar un comentario