martes, 30 de enero de 2007

Moverse en tren


Los transportes públicos en Japón son bastante buenos. Reconocida mundialemente es su red de ferrocarril, especialmente los shinkasen (trenes bala), pero hoy vamos a ser un poco más modestos y dedicarnos a los trenes de cercanías y el metro que al menos en Nagoya y alrededores funciona igual.

Lo primero que tengo que decir es que son caros, muuuuuy caros. De hecho un billete de tren para un recorrido de unos 20 minutos, es decir más o menos de Portu a Bilbao, puede costar al menos 400 yenes, es decir algo menos de 3€ si se trata solo del tren de cercanías y si combinas este con la red de metro la cosa va subiendo. Sin embargo un trayecto simple en metro pueden ser 200 Yenes que se acerca más a las tarifas europeas. A partir de ahora y para que nos hagamos una idea 100 yenes son unos 0,85 €.
La primera vez que entras en una estacion de tren son dos cosas las que te llaman la atención. Por un lado las máquinas expendedoras a las que te tienes que enfrentar llenas llenas de simbolos que no entiendes (vease el ejemplo) y en donde ni siquiera puedes identificar tu destino porque es posible que los nombres de las paradas no vengan en Romaji. En realidad cuando compras un billete lo que estás comprando es un crédito y si por lo que sea decides bajarte antes o después de lo pensado y eso afecta a la tarifa tienes antes de salir por las cancelas una máquina que te ajusta la tarifa del billete. Por lo tanto el proceso para comprar el billete es identificar en los planos la estación a la que quieres ir y después en las tablas el dinero que cuesta el billete, seleccionas la línea de metro o tren que vas a usar, el número de billetes que necesitas (normalmente dibujados con una, dos, tres figuras de personas) y luego introduces el dinero y ya está. Ya tienes tu billete. Que una vez aprendido es mucho más fácil que pedirlo en ventanilla porque aunque lo pidas en perfecto japonés seguro que la persona que está detrás te contesta también en perfecto japonés y ahí es donde empezamos a tener los problemas y lo digo por experiencia porque los bonos de tren solo se pueden pedir en ventanilla.

Cuando llegas a las cancelas te encuentras con que en vez de tener una barrera que te impide al paso hasta que introduces el billete están siempre abiertas y solo se cierran en caso de que te quieras colar sin billete, lo que puede llegar a ser tentador... pero mejor no pasar vergüenza, en este país esas cosas son inconcebibles. Tanto es así que cuando pasan los revisores por el tren nunca te piden el billete y son las personas que no llevan las que se lo solicitan. Hasta ahora solo lo he visto pedir a personas mayores no sé si el motivo está relacionado con eso o no.
Y en fin esto es todo de momento respecto a los trayectos en tren, pero no respeto a las estaciones que son una parte importante de la vida por aquí.
Si queréis ver las fotos con más nitidez podéis hacerlo visitando
Nos leemos pronto, pasad un buenfin de semana

martes, 23 de enero de 2007

Los primeros pasos en Japon

Por fin echa a andar el blog. Ya llevo dos semanas en Japón y empiezan a acumularse las cosas que contar. Algunas personas ya habéis recibido algún mail así que quizá os suene algo de lo que voy a contar a continuación. Para todas las demás aquí comienzan los detalles de esta experiencia vital en la que me he embarcado en el país del sol naciente.

Como os digo ya son dos semanas que estoy por aquí, aunque podría decir que en plenitud de consciencia (o presencia de ánimo como dirían algunos) solo una porque la primera el sueño me invadia y era capaz de quedarme dormida casi en cualquier sitio, como mis ilustres anfitriones, al menos en el tren. Se ve que no duermen mucho por la noche porque da igual la hora del día que sea que los ves en el tren, independientemente de su edad o sexo, como caen en brazos de Morfeo mientras juegan con sus móviles, intentan leer un libro, escribir algo en una libreta o simplemente dejarse llevar. De todas formas se ve que lo tienen dominado porque todavía no he visto que a ninguno se le caiga de la mano el móvil, el libro o el boli cuando se quedan dormidos.

Esta imágen que veis aquí arriba es la del castillo de Nagoya. Lo estuvimos visitando este fin de semana. Aunque guarda su forma original podria decirse que es un castillo nuevo, ya que fue totalmente reconstruido tras la II Guerra Mundial. Es la forma típica de los castillos japoneses. En Nisshin, donde voy a vivir también tenemos un castillo, ya os lo mostraré.

En el hotel he tenido oportunidad de ver a muchas mujeres (y algún hombre también) vestidos de forma totalmente tradicional. Parece que es un lugar en el que se celebran eventos a los que se acude vestido así. No he sacado fotos hasta fecha porque me resulta violento en un país tan cortés y educado pero algun día igual les robo alguna con el movil. Fuera del hotel no es tan fácil ni tampoco van tan espectaculares pero sí que es verdad que algunas mujeres de cierta edad siguen vistiendo kimono y sandalias.

Por lo demás os puedo decir que en cuanto tengo oportunidad pruebo una comida nueva, todo está buenísimo, a excepción del sushi, que me cuesta más no por el pescado sino por la mostaza verde y picante (wasabi) que le ponen.

Está haciendo un tiempo estupendo, no el verano tropical que habeis tenido por allí pero el sol no nos ha faltado, aunque haga frío. Digamos que esto está mas acorde con lo que se espera del invierno. Por aquí dicen que estos meses son buenos y que en cuanto empieza a hacer calor no hay quien soporte la humedad, pero bueno, para eso aun queda mucho.

Y para no quemar todos los cartuchos de una vez y aburriros demasiado el primer día lo dejo aquí. Ya sabéis si alguien tiene alguna inquietud o duda trascendental sobre la cultura del País del sol naciente que me la vaya haciendo llegar y lo iremos comentado en el blog.

Hasta la próxima